Nos olvidamos aveces, para bien y otras para mal, que no estamos solos en este mundo.
El problema de las medianas empresas que están metidas en grandes negocios es que tienden a mirarse ellas mismas o a sus competidores que vienen detrás para definir si se encuentran en un buen o mal pie.
¡Es como que en una maratón te contentes solo con llegar antes que el que viene último!
Definitivamente soy un autoflagelante en un mundo de autocomplacientes...
El caso español es apasionante por que habla de entender el mundo realmente es... un mundo de oportunidades:
Mientras la comunidad europea se recoge y crece desde sí misma, reduciendo su influencia global, sin ambiciones imperialistas y preocupados solo de estar bien para los suyos, los españoles salieron a conquistar el nuevo mundo otra vez.
Las carabelas esta vez han sido Banco Santander, Telefónica, Zara, Banco BBVA y otras tantas empresas que nos demuestran que el mundo es redondo después de todo y que no importa lo ambicioso del proyecto, el resultado puede ser grandioso.
Uff! como nos falta un poquito de esa mirada, esa ambición aventurera, esa picardía y energía de los conquistadores por escencia...
Uno finalmente mirándose el ombligo no avanza nada. Los grandes desafíos están al otro lado del océano, tras una frontera invisible.
El conformismo, la autocomplacencia, convencerse y pretender convencer al resto de que lo hemos hecho bien, autoplagiarse y cometer una y otra vez los mismos errores solo por que no nos atrevemos a explorar caminos nuevos, solo nos estanca en el tiempo y en el espacio: en la historia.
La historia la escriben los autoflagelantes inquietos y proactivos, monjes y fakires del emprendimiento que se dan un costalazo tras otro, mientas los autocomplacientes aburguesados disfrutan lo poco que ganan a costa de los que hacen la pega exigiendo resultados mediocres sin meter las manos al barro.
Así no hay conquista, ni descubrimiento, ni riqueza.
¡El mundo es redondo!
Solo hay que encontrar la reina soñadora y apasionada que esté dispuesta a donar sus joyas, lo suntuario, lo que le sobra, lo que no la empobrece; y enfrentar el mar infinito en búsqueda de nuevos continentes inexplorados y llenos de tesoros.