El viernes 13 de octubre de 1972, un avión uruguayo que llevaba 45 pasajeros a Chile, se estrelló en la Cordillera de los Andes.
Solo 16 viajeros sobrevivieron al accidente, aguantando la inclemencia del clima de esas montañas y alimentándose de los cuerpos de sus compañeros fallecidos.
Gracias a que Sergio Catalán, arriero chileno encontró a Canessa y Parrado, los dos chicos uruguayos que salieron en busca de ayuda, los sobrevivientes fueron encontrados tras 72 días de sufrimiento y valentía.
Sergio Catalán es un hombre humilde que hoy tiene 79 años y sufre artrosis a la cadera. Hace meses que ya no monta un caballo. Camina apoyado por un bastón.
Los 16 sobrevivientes de Los Andes se han mantenido en contacto con él. Lo han invitado a Uruguay a conocer a sus familias y lo han ayudado cada vez que lo ha necesitado.
Hoy no es la excepción, entre todos están ayudando financieramente a Catalán para que sea operado y recupere la fuerza de sus piernas.
Esta historia es maravillosa: Muchas veces los seres humanos actúan con egoísmo y siempre esperando retribuciones. Pero los sobrevivientes de Los Andes en cuanto a su relación con Catalán siguen escribiendo una historia valiosa por que está plagada de gestos que solo hablan de fuerza, amor por la vida y gratitud.
Los puntos se unen nuevamente, como dice Jobs en su discurso. Todo converge y hoy los sobrevivientes han visto a Catalán caminando con esfuerzo apoyado sobre un bastón, tal como él los encontró en la montaña hace ya 35 años y han actuado con el mismo entusiasmo con que este arriero chileno se movilizó para lograr el rescate de los uruguayos.
La historia se seguirá escribiendo.
